La ternura del pote de cartón de dulce de leche. La sencillez de la bolsita de lienzo que lo contiene. La magia de no saber qué hay adentro pero intuir que va a gustarme mucho. El momento de abrirlo y descubrir tanto. Voy sacando de a poco, disfrutando la sorpresa ¿Hay algo más lindo que sentirme presente en este momento y hacer que dure más tiempo mi disfrute? Me encuentro con muchas cosas, más de las que imaginaba:
12 lápices de colores hermosos ¡los más lindos! Los Giotto bebé que podemos usar desde que tenemos 2 años hasta que tenemos 100.
1 sacapuntas grandote y simpático.
6 marcadores Giotto, igual de lindos y ¡tan poderosos!
¡3 equilibristas de madera! ¡esto sí que no me lo esperaba! Se me ocurre de todo para jugar con ellos.
Y cuando ya casi llego al final, descubro unos cartoncitos circulares para dibujar, ideales para no tener que contener más las ganas de probar todos mis lápices y marcadores nuevos.
Ya estoy list@ para llenar mi vida de dibujos, me siento creativ@ y agradecid@.